Parece lógico pensar que condiciones no saludables dentro de la vivienda pueden provocar problemas de salud en sus ocupantes. La falta de aislamiento en las fachadas, mala calidad de las ventanas, humedades, falta de ventilación, formación de hongos…, provocan o complican problemas respiratorios y cardiovasculares.
¿Qué pasaría si en las visitas domiciliarias de los médicos de familia se identificara las condiciones de habitabilidad que pudieran provocar o empeorar los síntomas de los pacientes?