La rehabilitación edificatoria y la salud

Parece lógico pensar que condiciones no saludables dentro de la vivienda pueden provocar problemas de salud en sus ocupantes. La falta de aislamiento en las fachadas, mala calidad de las ventanas, humedades, falta de ventilación, formación de hongos…, provocan o complican problemas respiratorios y cardiovasculares.
¿Qué pasaría si en las visitas domiciliarias de los médicos de familia se identificara las condiciones de habitabilidad que pudieran provocar o empeorar los síntomas de los pacientes?
Estaríamos hablando de un cambio de modelo, de una medicina correctiva a una medicina preventiva, de una madurez en la implicación de la calidad de nuestro parque residencial y de la identificación de una de las ventajas que provocaría una intervención en el mismo.
Cuando queremos vender la rehabilitación de nuestros edificios de viviendas, siempre hablamos de coste lo que irremediablemente implica amortización y ésta la calculamos con los ahorros energéticos, por lo que los retornos de la inversión pueden alcanzar los 15 años.
ESTAMOS EQUIVOCADOS.
Hemos aprendido que, si bien es cierto que una mejora de la envolvente con criterios de eficiencia energética implica una reducción en la demanda energética, también conlleva un incremento de valor de tasación, mejora estética del edificio, mayor confort en las viviendas. Mejorar las condiciones de accesibilidad va más allá, en barrios sin ascensor con un envejecimiento de la población, implica ser libre de la prisión de la vivienda. Actuar sobre los problemas de conservación es un tema de seguridad, tanto de los propietarios de las viviendas como de los ciudadanos que pasean o circulan alrededor de los edificios.
Por todo ello tenemos que hablar de HABITABILIDAD.
La Fundación La Casa que Ahorra ha dado un paso adelante y ha encargado sendos estudios que presentó el 22 de noviembre sobre el enfoque de la rehabilitación desde la economía, la salud y el medio ambiente.
En la línea del tema de este post, cabe destacar el estudio realizado por Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC) para La Casa que Ahorra que aporta cifras sobre el coste inversión y retorno en un parque de 1,5 millones de viviendas estimadas que por sus características constructivas los gastos energéticos superan más del 10% de los ingresos de sus ocupantes. La singularidad de este trabajo es que incluye el estudio en paralelo de los costes laborales por bajas, así como costes en gasto sanitario: medicinas y asistencia médica que pueden provocar la falta de condiciones de saludables.
La conclusión es muy interesante y quizás por este motivo debemos empezar explicando este tipo de datos: el Estado se ahorraría 560 millones de euros en servicios sanitarios y costes laborales y la economía familiar entre 580 y 820 millones de euros.
Las cifras por vivienda se estiman en:
- 370 euros vivienda retorno a la administración.
- 150 euros vivienda ahorro sistema sanitario.
- 220 euros vivienda en ahorro en costes estimados en bajas laborales.
- Entre 380 a 547 euros por vivienda en gastos energéticos, como beneficio directo al propietario.
Los actores que trabajamos en torno al mercado de la rehabilitación, para poder hablar de realidad y no de un nicho de mercado en un futuro cercano que no llega nunca, debemos de hacer coincidir nuestro mensaje y empezar hablar de los beneficios que conlleva una intervención desde otros enfoques como: salud, empleo, medio ambiente… y energía. Los ahorros en los gastos energéticos son una consecuencia de un tipo de intervención, pero por ahora no se han convertido en el motor que arranque de la rehabilitación en nuestro país.
Fuentes: www.elmundo.es; lacasaqueahorra.org.