Temperaturas de confort en invierno

Aunque no sea de forma oficial parece que esta semana ha comenzado el invierno en gran parte de la península: los termómetros han descendido bruscamente y ya se puede ver nieve en muchas montañas. Las suaves temperaturas de las últimas semanas han sido un alivio para el medio ambiente ya que muchas calefacciones se han mantenido apagadas, ahorrándose con ello una cantidad de energía nada desdeñable. Se calcula, por ejemplo, que su encendido supone el 50% del consumo energético de los hogares españoles y hasta un 60% en las comunidades de vecinos con sistemas centralizados.
Con la puesta en marcha de los sistemas de calefacción vuelven las dudas sobre qué temperatura es la adecuada para fijar en el termostato. Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), la temperatura de confort en invierno está entre los 19 y los 21ºC, mientras que durante la noche basta con que el dormitorio esté entre 15 y 17ºC grados.
Por otra parte, la misma institución recomienda bajar el termostato hasta los 15ºC en las horas en las que nadie está en casa e incluso bajarlo a 5ºC si la ausencia es por varios días. Además, la temperatura depende también de la habitación: en la cocina no hace falta mantener una temperatura de 21ºC, ya que el espacio contiene en sí mismo fuentes propias de calor, y aprovecharlas es una buena forma de ahorrar energía y dinero.
Si cambiamos de escenario a los lugares de trabajo los rangos de temperaturas de confort varían, siendo la ley española bastante flexible al respecto. Según la Guía Técnica del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, la temperatura en entornos laborales sedentarios debe oscilar entre los 17ºC y los 27ºC, mientras que para aquellos donde la labor sea física, debe situarse entre los 14ºC y los 25ºC. Mantener una temperatura adecuada es importante, no sólo de cara a hacer un uso eficiente de la energía, si no a asegurar la productividad de los empleados.
En cualquier caso, ya sea en la oficina o en casa, no podemos olvidar que nosotros mismos tenemos un papel fundamental a la hora de asegurar el confort térmico sin malgastar la energía: vistiendo de manera coherente. Así, podemos llevar puesto un jersey mientras vemos una película en el sofá en los meses más fríos, evitando estar en mangas de camisa. Por último, subrayar que en la actualidad es posible aprovechar las ventajas de los termostatos inteligentes que permiten ajustar la temperatura por zonas de la casa, franjas horarias y presencia de usuarios.
Fuentes: www.elpais.com, www.idae.es