Cumbre de París: Optimismo o frustración

Escrito por Marisa Martínez Gobantes Escrito el Martes, 15 Diciembre 2015. Categorías: Actualidad

Cumbre de París: Optimismo o frustración

Afrontamos la última fase de la Cumbre del Clima de París  2015 con el ánimo dividido entre el optimismo, en cuanto que se han introducido elementos que posibilitan la toma de acuerdos importantes en la lucha contra los efectos perniciosos del cambio climático, y la frustración de no poder alcanzar el objetivo marcado, esto es, mantener el calentamiento global por debajo de los 2oC y dar por perdida la celebración de la Cumbre. Al cabo de una semana, el diagnóstico es moderadamente optimista ante el proceso y relativamente pesimista hacia el contenido.

La primera fase de la Cumbre, en la que participan 195 delegaciones, ha avanzado positivamente; ha sido posible por la implicación de la administración norteamericana en la lucha contra los desastres climáticos, al contrario de lo ocurrido con el Protocolo de Kioto que no logró establecer compromisos de peso por parte de los países más contaminantes en el que destacó China por no estar dentro de los países desarrollados.

De la misma manera, las Asociaciones y ONG, que participan como observadoras en la Cumbre, también han apreciado un cambio de actitud en los países participantes, aunque, al mismo tiempo, denuncian las maniobras obstruccionistas de países ricos en petróleo (en especial Arabia Saudita) que quieren evitar a toda costa compromisos que impliquen una reducción de sus ingresos basados, fundamentalmente, en la venta de esta energía fósil lo que hace inviable la bajada de emisiones de CO2.

Emisiones de CO2En la primera fase se aprobó un borrador de 43 páginas con las líneas maestras de actuación. A partir de ese borrador, son los ministros y responsables de Energía y Medio Ambiente de cada país, los que tienen que pulir los "flecos" que son muchos y complicados, en cuanto que hay abiertos más de novecientos corchetes sobre los que negociar, lo cual deja abierta la puerta a cientos de posibles acuerdos. Según van avanzando éstos, con las condiciones que establece cada país, se va diluyendo el objetivo principal de la Cumbre, desapareciendo la referencia a fijar un porcentaje claro de reducción de emisiones para 2050 cambiándolo por "poner pico a las emisiones tan pronto como sea posible", dándose la paradoja de dejar hasta el 2100 para limitar la subida de la temperatura global a 2 grados, eso sí, dejando abierta la puerta a rebajar esta meta hasta 1,5 grados.

A pesar de todas las dificultades con las que se va topando la Cumbre, se han logrado avances significativos en el capítulo de la financiación en cuanto que se exige ayudar a los países más vulnerables a mitigar y adaptarse al cambio climático. Hasta ahora se había aprobado un Fondo Verde de 100.000 millones anuales de dólares a partir de 2020. El nuevo texto se compromete a que esa misma cuantía se mantenga durante posteriores años.  Pero esto, no deja de ser una lucha de los países pobres frente a los países ricos; mientras que estos últimos, contaminan y causan los desastres ecológicos, los países pobres lo sufren recibiendo la "propina"  para paliar los  daños y desastres. Además, no debemos perder de vista la situación económica de los países "pagadores" que, en un momento determinado, puede servir de justificación para incumplir sus compromisos de compensaciones económicas a los países perjudicados y quedarse en "papel mojado".

Parece que, la declaración que nos dejó Tasneem Essop de WWF, "Esperemos que en la recta final, los ministros no cambien la ambición por la conveniencia y sigan teniendo muy presente lo que advierte la ciencia", no ha sido lo suficientemente contundente como para hacer cambiar los intereses.

Manifestaciones en la cumbre de ParísFinalmente, en el último tramo de la Cumbre y en parte gracias al compromiso del Gobierno Francés, se ha conseguido un acuerdo favorable. No es  exactamente el que las ciencias del clima reclaman,  pero es un paso  adelante hacia una economía baja en carbono; la economía de los combustibles fósiles actuales empieza su final. Algo ha cambiado y frente a los débiles compromisos del  Protocolo de Kioto  hay que valorar que éste es un compromiso de todo el Planeta.

Sobre el autor

Marisa Martínez Gobantes

Marisa Martínez Gobantes

Técnico Superior de Gestión de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS).