Ventajas del coche eléctrico

Hablando de eficiencia energética es obligado tener en cuenta el coche eléctrico. Tiene muchas ventajas, en comparación con los vehículos de combustión tradicionales, pero me gustaría destacar todas las hacen que la apuesta por su uso sea un mensaje inequívoco de atención y respeto por el medio ambiente.
- Más sencillo, más silencioso y más limpio que los vehículos de combustión, además asegura un menor mantenimiento y por lo tanto reduce los costes.
- Competitivo en el mantenimiento, especialmente en el caso de actividades que requieren de paradas frecuentes ya que, al no tener cambios, no hay desgaste por el gran número de arranques, y su transmisión es muy básica.
- Con cada frenada el vehículo eléctrico recupera energía mediante la recarga de las baterías.
- Los vehículos eléctricos no producen ruido ni emisiones de CO2, y esto da lugar a un ambiente más saludable. También se pueden utilizar en espacios cerrados.
- La vida técnica en horas de trabajo de un vehículo eléctrico, es al menos el doble o el triple que la de un vehículo de combustión tradicional.
- El ahorro económico también es notable, si se considera que con 3€ viaja 100Km. Los impuestos y el seguro son más bajos que los vehículos de combustión.
- Se puede usar en las zonas urbanas con tráfico limitado.
- En grandes ciudades puede aparcar gratis en las zonas restringidas.
- No necesita infraestructuras complejas. Algunos incluso ya tienen el cargador a bordo y se pueden recargar a través de una toma de corriente eléctrica normal.
- Puede aprovechar las sinergias con los sistemas fotovoltaicos u otras fuentes de energía renovables.
- Eficiencia energética entorno al 90% frente al 38% de un motor diésel medio.
HISTORIA
No pensemos que la idea es de este siglo, ni siquiera del anterior, ya que fue en el XIX cuando se diseñaron los primeros prototipos, el primero en Escocia en 1830 y unos años más tarde en EEUU. Los primeros usaban una batería que no se podía recargar y fue en 1860 cuando el ingeniero francés Gastón Planté ideó la batería recargable de plomo acido, que dio origen a los sucesivos modelos.
A finales del siglo XIX, se crearon tres modelos con la idea de industrializarlos y desde ese momento ingenieros, físicos, químicos y constructores de automóviles no dejaron de trabajar para conseguir perfeccionar el punto débil: la autonomía.
Nueva York es la ciudad que estrena en 1897 los primeros taxis eléctricos.
Posteriormente, el perfeccionamiento de los motores de combustión y la falta de avances tecnológicos en el campo de las baterías, el talón de Aquiles eterno de los vehículos eléctricos, hacen declinar su estrella. El golpe de gracia se lo da Ford con la puesta en marcha del Modelo T en 1908, que marcará gradualmente la democratización del vehículo térmico. Este es el comienzo de la era moderna del automóvil.
El crack del 29 y la guerra entierran definitivamente el coche eléctrico. Hará falta más de medio siglo para que el hombre se decida de nuevo a confiar en el poder del átomo, y a evolucionar tomando conciencia de los impactos ambientales y sociales de los vehículos eléctricos.
El Congreso de Estados Unidos en 1966 recomendó la construcción de coches ecológicos para reducir la contaminación En 1973, con la primera crisis del petróleo y el embargo de la OPEP en contra de Estados Unidos, la opinión pública está lista para pasar al coche eléctrico. El viento de la historia a continuación, parece girar a favor de la movilidad sostenible.
California vota en 1990 por el vehículo de emisión cero (ZEV) que establece, que, a partir de 1998, cada fabricante tendrá que contar con un 2% de vehículos ecológicos en su producción para que se le permita comercializar sus otros coches. Los principales fabricantes se movilizan para poner en marcha modelos de coches ecológicos. General Motors, que puso en marcha un ambicioso programa de desarrollo del coche eléctrico, lanzó el EV1 primer vehículo eléctrico como los conocemos actualmente.